Nacemos condenados a vagar como almas incoherentes, Ignoramos, la mayor parte de nuestras vidas, de lo que son capaces los infames artilugios de la estupidez humana.
Caminamos ciegos a las exorbitantes dimensiones del peligro que representan los actos del pasado.
¿cómo prever las terribles consecuencias que esconde la fe, antes de que las mismas se manifiesten de manera irreversible?
Que inocentes parecen las fábulas y los dobles sentidos... quizás por que el ridículo de las mismas las disfracen de una imposible credulidad real.
Pero ¿qué sucede cuando la metáfora se vuelve literal?, ¿qué sucede cuando las viles manos de los peligrosos titiriteros que se escudan tras las mismas, se aprovechan de la inocencia humana?
¿Como luchar ante un enemigo invisible que ha cobrado fuerza tras cientos de años?, como explicarle a las antedichas inocentes almas, que su vida espiritual no ha sido mas que una mentira propuesta por un grupo de abusadores, traficantes de ilusiones. Aquellos que manosean la esperanza y lavan mentes con falsas promesas de una ficticia eternidad prospera.
¿qué caminos deben tomar los hombres de bien?
¿cómo resignarse a la impotencia?
El corazón humano necesita cobijo en falsedades, pero ¿como es posible que estas, dejen de tomarse como tales, para transmutar en obligaciones?
Siglos de masacres tras masacres, torturas tras torturas y sufrimiento tras sufrimiento, son extrañamente olvidados, dando lugar a mantener una fe ciega y sorda que no tiene sustento posible en el mar de contradicciones que la compone.
Ha llegado el momento de mirarnos los unos a los otros y enfrentar la peor invención del hombre, ha llegado el momento de tomar por nuestros los errores de nuestros antepasados y eliminarla por completo. Es hora de acabar con la extremadamente peligrosa religión antes de que termine por destruirnos.