25 diciembre 2007

ELLA

Ella: viniste !! (Me da un beso). Ellas son Anto y María (puede que haya sido Laura, o Roció, demasiado perdido estaba en los encantos de quien me había besado, como para que me importe recordar alguna otra cosa)

Yo: hola… (Saludo a cada una).

Ella: ahí viene Chalo. Chalo el es Ary.

Chalo: (Creo que exagero si digo que me miro 8 segundos) No podes… en serio, no podes (siempre mirándola a ella) No da, No podes... jajaja… (Se va).

Yo: Creo que me mato.

Ella: si te mato (me da un beso)

Desde aquí, voy a escribir 2 opciones.

Opción 1:

YO: (camino unos pasos entre la multitud, agarro a Chalo del brazo, la giro a la fuerza) que te pasa flaca?. Me ves 10 segundos (exagero de nuevo el tiempo para darle una pequeña salida) y te crees capaz de anularme de esa manera? Quien te crees que sos? Ehh?... claro, ya se por donde viene la mano, es una fiesta de aspirantes a hippies y yo no estoy vestido para la ocasión. No traigo barbita, ni grito fuerte los estribillos…
Claro, sucede lo siguiente, sos muy chica y todavía no saliste al mundo, crees que defendes unos ideales muy profundos y que estas en contra de un sistema excluyente que no concuerda con la igualdad de los seres humanos. Seguro leíste un poco de Marx, quizás otro tanto de Hegel y por supuesto a la movida trotskista. Te compraste una remera del che y vivís con la esperanza de alguna vez poder mantenerte vendiendo pulseritas en alguna playa caribeña. Me imagino lo importante que debe ser para tu estructura psíquica demostrarle a tu amiga tu desinterés por lo que otro pueda pensar de vos. Entonces me descalificas con todo el rigor de la agresión gratuita para resaltar tu imagen de librepensadora. Fantástico, estarías en todo tu derecho si no fuera por que sos una nena que vive de mamá y papá, que no conoce lo que es el mundo real, que se pasea en grupos de adolescentes igualmente inocentes a lo que verdaderamente significa trabajar para vivir. Alguna vez vas a cumplir 26 o 29 años y te vas a dar cuenta que las adolescentes, que creen que defienden unos ideales muy profundos, y que están en contra de un sistema excluyente que no concuerda con la igualdad de los seres humanos, que leyeron un poco de Marx, quizás otro tanto de Hegel y por supuesto a la movida trotskista, se compran una remera del Che y viven con la esperanza de alguna vez poder mantenerse de vender pulseritas en alguna playa caribeña, son también parte del sistema. Que alimentan lo que atacan. Que la patética ignorancia de creer que sus libres pensamientos, son realmente libres y no parte de un mecanismo de control muy peligroso que funciona como un engranaje más del mismo sistema, no les servirá de excusa a la hora de enfrentar la realidad.
Así que Chalo, se que no soy ningún adonis. Se que hay 50 pibes mas lindos y hasta quizás más copados que yo, en esta sucia cuadra, pero también se que hay que ser muy mala persona, muy mala mina, para anteponer tu desesperada necesidad de hacer sentir a los otros que sos ajena al caretaje, que estas más allá de mis agresiones contra la marioneta de tu espíritu combativo, al entusiasmo de alguien que supuestamente aprecias.
Ahora te pido un solo favor, gira la cabeza y mira a tu amiga a los ojos y anímate a mantenerle la mirada, y si no te largas a llorar es por que no mereces que alguien te quiera.

Opción 2:

Un cortito a los dientes.

Realmente no hice ninguna de las 2... me trague el orgullo y me quede parado en el medio de la ofensa... no lo hice por cobardía, tampoco por no haber pensado en las opciones anteriores. Lo hice por que me encanta la chica que conocí, lo hice por que me generó mas cosas en 3 días que lo que ninguna me había generado en 23 años. Lo hice por que un solo beso valía tragarme mi enorme egocentrismo…

20 noviembre 2007

HISTORIA PARA SER ESCUCHADA


Hamem Bel Tibaudin tomó su daga bien acomodada en el pantalón y sintió una contracción involuntaria mientras hacia contacto con el metal.
La hoja curva reflejó su rostro con la impecable noche árabe tras de sí.

Hamem sintió concentrarse el peso del cuchillo menos en el brazo que en el pecho.
Hamem miró a su alrededor y vio en los ojos del retrato de su padre el legado familiar.
Hamem ató como pudo aquella daga, de apellido Tirabaudin, en el flanco izquierdo de su abdomen.

La luna reflejaba un brillo que hacia doler los ojos del joven dispuesto a vengar el honor de su hermana.

Hamem no temía.
Hamem no suplicaría si la mano de su oponente resultaba mejor que sus primerizas arremetidas.

A decir verdad, desde el instante en que el velo del obscuro rostro de su sangre fue descubierto, Hamem sintió la excitación previa a la obligación de cumplirle a sus ancestros con la valentía característica de un Tibaudin.

Hamem tenía virgen la piel de cicatrices.
Hamem tenía fe ciega en su arma experimentada, que fuese tanto tiempo de su padre, y antes de su abuelo. Esa que se había enterrado en carne y enchastrado en sangre impura, tal como la que se disponía a sacar de un cuerpo capaz de aprovechar el poder de la hombría con su indefensa hermana.

Hamem salió de su tienda y aspiró el viento del desierto.
Hamem Miró a lo alto y se apropió de una estrella, como testigo de duelo.
Hamem eligió, no con la arbitrariedad que el cosmos supone.
Hamem Eligió esa por que la sintió parte de sí.
Hamem se adentro en la noche.

No fue, la primera vez que la daga entro en el cuerpo de su adversario, suficiente para terminar con el conflicto.
No lo fue, tampoco, la tercera vez que la hoja enemiga tajeó su cuerpo.

Hamem se levantó como pudo del suelo rojo bajo su pierna herida.
Hamem miró al cielo.
Hamem buscó su estrella
Hamem pidió ayuda.

La energía devuelta cobró su mayor provecho luego de haberse enrollado el cinturón de tela en su mano izquierda.
Rechazó el ataque enemigo de un rápido movimiento y hundió en el cuello del otro toda su historia de honor familiar.


1000 años después Moreira.
1000 años después el honor de su hermana
1000 años después otro se miró en el cuchillo de su padre.
1000 años después Juan Moreira, salió al interminable verde de la pampa y aspiro.



1000 años después otro miró al cielo y formo relación con una estrella.

El tiempo, en el universo, no existe.
No hay otra explicación para que los 2 sintieran lo mismo, para que la izquierda envuelta sirviese de reflejo en formas tan idénticas, para que la sangre del otro brotase de la misma forma y del mismo punto donde ambas hojas encontraran tan calcadas vainas de carne.

Lo último que hago antes de entreverme con el malandra que deshonró a mi sangre es mirar al cielo e intentar sentir propia la misma estrella que guiase a 2 hermanos, queriendo yo también formar parte de esa familia.
Mientras busco esa empatía siento como el piso no es natural, siento un aire que no es puro, siento una ausencia de ausencia en el paisaje.
Tal vez yo no pueda. O tal vez, ya casi no quede lugar en el mundo para el honor, así como ya casi no queda lugar por donde mirar a las estrellas.

31 octubre 2007

RESUMEN DE LO QUE EXTRAÑO A MI PRIMER NOVIA

Había una vez un vestido… había una vez una silla…
Se conocieron una noche… se conocieron en la obscuridad…
Él era nuevo… ella era usada…
Él estaba nervioso, era su primera vez…. Ella estaba confiada, no era su primera vez…
Él trato de no demostrar nada, por inexperto…ella trato de no demostrar nada, por experta…

Tenia todo su cuerpo sobre ella… tenía todo su cuerpo con él…
Al pasar el tiempo él se relajó… al pasar el tiempo ella lo relajó…
Muy cerca, ellos, se juntaron… muy cerca, otros, se separaron…
Ellos Añoraron toda la vida su primera vez… los otros añoraron toda la vida su última vez…




lea solo las ultimas 2 oraciones.. lo demás noimporta.

13 octubre 2007

JUSTIFICACIÓN PARA CAMINAR LENTO

“A veces intento desmentir el pasado, arrojando las cartas que jamás entregué por la ventana”.

Después de susurrarme esto al oído, salió corriendo y se perdió tres cuadras por delante.
Recuerdo que me quede perplejo... recuerdo, también, un instante de reflexión. Siento, en mi piel, la tensión que tuve al intentar descifrar esas palabras. Mentiría, y a la vez seria veraz, si digo que no la conocía.
Ella era todas, además de una. Se acerco por mis espaldas, me tomo de los hombros y arrojo su verdad en mi nuca. No intente alcanzarla, no quise ver su rostro. Ella no lo quería, y soy demasiado caballero como para contrariar una dama.
Centré, entonces, toda mi concentración en dar con el motivo de aquel arrebato... me detuve primero en las hipótesis mas obvias… la dejaron, tubo un ataque de nervios, me confundió con otro, me amaba.
No quise dar por cierta ninguna… la cobardía de un hombre también se traduce en la indecisión.
La vi perderse entre la bruma de la mañana…Creí que no sería esta, mi ultima vez con ella. Creí su aliento en mi nuca nuevamente…

Desde entonces me detengo unos segundos debajo de las ventanas, esperando dar con la indicada y ser testigo de un ayer. Se bien por que lo hago. Lo hago, con la esperanza de encontrarme en la espitola que caiga…

12 agosto 2007

HO CAPITAN, MI CAPITAN

Allí estaba, parado, entre movimientos involuntarios a causa del frió, y escalofríos a causa del general. No soy hombre que desperdicie homenajes, mucho menos simpatía por los rostros populares. No se lo que es la demasía de enaltecimiento por demagogia.
Ni siquiera comparto la vil comodidad en lugares comunes…
Pero no puedo negar como se me erizó la piel. No puedo negar las ganas de combatir cualquier batalla, cualquier querella, la inevitable intención de sentir los mismos miedos e ir adelante, a pesar de situaciones adversas junto al general Don José De San Martín.
Que donde estaba? Donde más? Frente a la plaza de mayo, en la catedral, donde se leía bien claro “aquí descansan los restos del general Don José De San Martín, rendirle homenaje” y no pude mas que pararme firme, juntar los brazos tras de mi, luego, llevar lentamente mi mano derecha hasta mi supuesta boina, ponerla firme y efectuar el correspondiente saludo militar. Es que soy un soldado mis amigos, soy un soldado que nació fuera de guerra. Y aunque esto levante discordia, soy partidario de morir en campo de batalla y no en una fría cama de hospital plagada de soledad y de olvido.

Les hablo de todo esto para no mencionar a Mariana Fernandez y como su novio estaba en la fiesta a la que me había invitado a escasos metros de la plaza.
Aunque sospecho que no lo logro.

15 julio 2007

PAG 17 SUPERIOR DERECHA.

Mi vida se ha tornado extraña don Roberto... le aseguro que no logro progresar en la imagen que me formulo de mi día a día.

Ahora que no nos escucha nadie querido Beto... le puedo decir Beto?
Digo, si no le molesta, ya que le estoy confesando aspectos internos me encantaría acortar un poco las distancias... no?

Sigo confesándole… me paso toda la semana contando los minutos para que llegue el viernes. Soy conciente sobre lo que dicen “eso pasa cuando uno odia su trabajo” pero beto, si le soy sincero me encanta lo que hago… ciertamente no me imagino trabajando de otra cosa… usted sabe? , esto va más allá de mi felicidad diaria. No me siento incomodo un miércoles, me siento ansioso, inquieto. Beto, le juro que intento acelerar el paso del tiempo, me concentro mucho para ver si consigo alterarlo y evitar el jueves.
No se si a usted le importa que yo siga contándole mis intimidades, pero es que lo vi ahí tan compadrito... y me dio no se que guardarme estas penas para mis adentros... dicen que hace bien hablar con alguien.
Bueno como le iba diciendo, busco desesperadamente la noche del viernes, hace varios meses que me siento muy solo y me esperanzo, en la pluralidad de las noches anteriores a los días no laborales (al menos para las mayorías), con incrementar mis posibilidades de encontrar una dama acorde a mis gustos.
Mire Beto, a esta altura no le voy a mentir, hace un tiempo que eso me quita el sueño y tiñe mi vida de nostalgia.
Pero ese no es el centro de la cuestión, ahora viene la parte importante, a donde verdaderamente quería llegar. Así que présteme atención mi amigo, espero no le moleste el termino pero ya lo siento bastante cercano, por que lo importante es lo que pasa la tan mentada noche…
Nada... no pasa nada…
Deambulo entre bares y complejos bailables con la misma desesperación que sufre un niño en una reunión de adultos o un adulto en una reunión de niños. Intento formar parte, intento llamar la atención, sentirme observado y escuchado, mas solo puedo ser, observar e intentar escuchar al resto… no entiendo que sucede ahí dentro, no se que hacer, no se como hacerlo… Beto, no le miento si le digo que me siento totalmente ajeno a ese mundo… las mujeres hermosas son seducidas por hombres hermosos y otros que no lo son. Yo, inevitablemente formo parte de alguna de las 2 categorías.
No importa de cual, da lo mismo. Siento en el ambiente, una indiferencia tal hacia mí que, me parece, ni siquiera molesto. No se como actuar, no se que hacer ni que decir… algunas veces escucho atentamente a los caballeros que sí forman parte, tomo nota e intento imitarlos. Esto no produce el más mínimo éxito. Descubro entonces que la clave no esta en las palabras. Intento otra variante y los observo, copio expresiones, gestos y caricias… tampoco funciona. Me desespero y sí, mi querido Beto, incurro en la bebida. Me alcoholizo, para no dejar ninguna posibilidad exenta de mi empirismo.
Tampoco.
Estos experimentos, estos desesperados intentos de ser, de pertenecer, me toman algo así como una hora y media, dos, en el peor de los casos. Luego de eso me fastidio Beto, me fastidio. Es ese el preciso momento en el que no soporto más mi patética imagen de hombre y abandono el lugar. A veces llego temprano otras muy tarde, pero siempre sucede mas o menos lo mismo. Lo que varia es mi poder de tolerancia.
No beto, si usted no me lo va a creer, pero así como ve soy un ente de lunes a viernes inclinado hacia delante, desesperado por que pase el tiempo para llegar al fin de semana. Cuando intento formar parte no lo consigo, y me retiro con el alma en pedazos. Así el viernes, así el sábado y hasta a veces el domingo, luego, el lunes Beto, el lunes, y comenzar el circulo nuevamente.
No se bien, que, ni cuanto esperar. Lo que si se, mi querido compañero, es que se me esta pasando la vida, y cada semana que atravieso solo siento escapar un periodo de tiempo desprendido de mi vida en pareja.
Hasta aquí el drama parece profundo, digo, usted puede compartir mis puntos de vista o no, pero no puede negarse ante la importancia de los mismos en mí. Puede psicoanalizarme, convencerme de que todo presente es pasajero, pero no puede evitar que me consterne y que llore el paso del tiempo. No Beto, no puede quitarme el dolor de sentir una parte de mí que no regresara jamás, unos ingenios y unos placeres que no compartí y no compartiré.
Mientras me voy poniendo la bufanda, es que esta refrescando y ya me tengo que ir yendo, le confieso mi mayor temor, la verdadera flama que consume mi vida se alimenta en mi sospecha de no volver a besar nunca más. Si Beto, no me diga que exagero, no intente rebajar mis temores con palabras alentadoras de futuros prometedores, por que no creo que se atreva a negarme la tortura de dudar.

Lo voy dejando mi amigo, lo voy dejando con mis inquietudes en su rostro, disculpe si lo afecté, pero le pido por favor que no me tenga lástima ni que me mire con la seguridad de saber algo en mi futuro que yo no. Es muy fácil estar seguro de la vida de otros…

- disculpe señor serían $4, 50.

- no, le agradezco pero no la llevo.

- Pero hace como ½ hora que le esta hablando, yo creo que debería llevarla.

- No señor, muchas gracias pero no, el señor Redford ya escucho suficiente. No quiero atosigarlo. Buenas tardes, tome que me retiro.

- OK, mañana recibo las de chicas... hay cada bestia que uno se vuelve loco. Encima les sacan fotos re re sexys... a mi me mata cuando las visten de colegialas… la pucha… la pucha.

- Si, si, lo se… le agradezco pero no creo que venga… me cuesta mucho hablarle a las mujeres.

07 julio 2007

hoy es distinto..

hoy es especial..

hoy no hay ningun post interesante.. ni siquiera una idea que produzca la mas minima reflexion..
no soy yo.. no son ustedes.. no hay magia.. no hay misterio, no hay intenciones ocultas.....

solo silencio, admiracion... hay un usted... hay un yo, tal vez un quizas.. Don Caja..le aseguro... este es un gusto..

30 junio 2007

MAS SENSACIONES

De los 400.567 suspiros que efectuare al cabo de mis años… de las 4.527 veces que la respiración se ira de mi control… de las infinitas matemáticas que compondrán mi vida de caballero... creo estar en perfecta condición de afirmar, que jamás olvidare la segunda vez en que mi aliento se fugó de mi ser..
No fue una tragedia, no fue un instante perdido en el tiempo... ni siquiera ocurrió tras una fuerte impresión de mágicos momentos… la realidad es que tu boca volviese a posar sobre aquel báculo... La realidad es que tus labios de princesa me paralizaron nuevamente… y no hay explicación para tus tonos y semitonos que me permitan desmenuzar el origen de mi parálisis... no hay explicación posible mas que la magia misma de un milagro…
Podría fingir que tu voz es una más del grupo... podría fingir, también, que tus notas no son más que barullo en la noche de ausencia... hombre de honor es el que entiende cuando ha llegado su sensibilidad al limite… no es casual la piel de gallina... no son ficticios los cosquilleos en el cuerpo… no son fingidos los espasmos de algarabía…
Hoy no eres el centro del espectáculo. Hoy los instrumentos no tatúan tu nombre en el ambiente. No hay huellas de tu protagonismo en el escenario. Los hay mayorías de ajenos a tu pasado.

Sin embargo, junto fuerza, junto veracidad... junto valor y hasta un poco de caradurez para, a través de mi texto, hacerte llegar una vieja confesión que ya te he dicho…

Lai, sos increíble !!!!

Ary Cornell 23 años.

DEDICADO A LAILA SCHEIMBERG... OTRA VEZ.

04 junio 2007

CRONICA DEL ESPARCIMIENTO

La noche me la develo en cuartos separados, con brazos ajenos. Efectuando Movimientos leves, para no hacer ruido… ya de mañana, entreabro mis ojos, que en ningún momento conciliaron el sueño, y escucho a modo de susurro, a modo de puñal que acrecienta el tajo de mi desdicha, una voz que no es la suya. Solicita ayuda e intercambia susurros con otra, que no es la de él.

- ayudame a cerrar la persianita, así no ve que se cambio de cuarto.


El puñal se ensancha mágicamente. Unos instantes después las voces se van de esa isla dentro de la isla. Estoy solo en un sillón cuyo mecanismo le permite ser, a la vez, un catre. Hay 2 cuartos más. En uno hay un hombre, cuyo despecho se parece al mió. El también la amó y se destruyó. En el otro esta ella, cuya satisfacción es nuestro despecho. No esta sola, hay un hombre que la abraza y siente su perfume en lo más profundo de su interior. Es el nuevo amante. Cierro fuerte los ojos e intento ser ajeno a la escena. Me esfuerzo por incorporar un sueño voraz que no me permita enfrentarme con la crudeza de la realidad.
En esa casa quedamos 4 almas. 2 que han sido destruidas, 1 que destruye y otra más, pronta a volverse nuestra companía.
Fuerzo mis ojos todavía más y me propongo hacerme ausente de ese sitio, intento volverme tan yo que resulto patético. Al menos no estoy solo, dentro del otro cuarto acontece la misma lucha.
Pasan los minutos, hay ruidos, hay besos, hay caricias en otro ambiente. Es inútil, todo intento de evadir el aquí y ahora se evapora ante el fuego del que su ser inunda toda la casa.
Salgo, tengo frío, no hay distracción posible en aquella isla. Sufro.
Regreso, prometiéndome que será lo mínimo indispensable. Caliento agua, descubro la yerba, lo más rápido que puedo me genero una excusa para los otros.
Salgo nuevamente, atravieso el muelle que se interna en el río, tomo asiento en el mismo. Tomo mate. No me gusta, no lo disfruto, no lo hago por placer, lo hago por despecho. Sufro.
Tengo muchísimo frío, pero ni pienso en volver, la más insignificante expresión de placer, de besos que no son míos, ni para mí, podrían volverme loco. Sí pienso en el alma herida que continua sola en el otro cuarto.
El tiempo pasa, lento o rápido, realmente no lo se. 1 hora o 15 minutos me parece lo mismo en ese frió muelle donde busque refugio para mis lagrimas. Sufro.

Las voces de la mañana regresan, esta vez con cuerpo. Succiono el espantoso brebaje que no se preparar. Escucho inevitables pasos en los viejos tablones que me sostienen. No me sorprenden, sabia que sucedería. El portador de la voz masculina se sienta junto a mí.

- buen día. ¿dormiste bien?

No me lo pregunta con ironía, mucho menos con malicia. Intenta ser el descargo de mi pena. Lo intenta por que sabe bien que no estoy allí por gusto. Mi frágil excusa no lo engaña ni por un segundo. No me importa, sabía que no lo haría, pero el ser humano vive en lo que calla, y mientras no haga falta atar algún cabo, por más falsa que parezca la estructura, nadie dice nada.

- Si. Un poco de frío nomás.



Hay silencio en el ambiente, el entiende pero no habla. Yo lo entiendo, pero tampoco hablo. Mecánicamente sigo chupando esa infusión fría de sabor indescriptible. Lo hago para sostener la falsa estructura que nos permite a los dos continuar en silencio.

Pasa otra hora u otros 15 minutos. Apenas si hemos cruzado palabra. De repente, intenta abordar el asunto:

- ¿La estas pasando bien? – me mira a los ojos, esperando una confesión.


- más o menos – lo miro a los ojos para no tener que explicar demasiado.


La voz femenina de la mañana llega hasta nosotros. Trae una bandeja con desayuno. Nada me tienta. Doy el último sorbo a la porquería que estuve consumiendo toda la mañana (o tal vez solo haya sido ½ hora). Levanto la vista hacia la casa y la veo salir. Bella, radiante, y muy ajena. Sufro.

Atrás viene él. Noto en su rostro una inmensa alegría contenida. Lo entiendo y no me molesta.
Toman lugar en el piso del muelle, justo frente a mí. Ninguno se atreve a cruzar sus ojos con los míos. No hay deuda conmigo, no tienen por que sentirse amenazados. El no me mira por que me teme. Sabe de mi interior, sabe de las caricias que jamás di, sabe de los besos que no saborié, no sabe mucho, pero conoce lo suficiente de mí como para no verme a los ojos.
Ella no lo hace por que ah sido cruel. La razón y el silogismo podrían ser perfectas herramientas ante algún reclamo mió. No importa. No hay razones en el sentimiento. Ella lo sabe. Hemos compartido tiempo juntos, nos hemos querido mucho. Yo más que ella. Sin embargo no pudo contra su naturaleza. No pudo evitar que su ser jugara con el mío. Conoce lo suficiente de mí como para no verme a los ojos… Sufro.

La hipocresía nos envuelve con su mejor manto. El otro hombre, el que sangra lo mismo que yo se aproxima. Desayuna de la abundante bandeja. Hay voces en el muelle, hay evasión, hay también, lágrimas y alegría.
Uno a uno se van levantando. Quedo casi solo. No con ella, ah huido en la primera oportunidad.
Camino los tablones, busco reparo. Se que no lo encontrare allí. Correría hacia mi hogar, pero estoy atrapado en una isla. No por falta de comunicación con la sociedad del continente, sino por que estamos descansando y hasta las 19:00 no nos iremos, así aprovecharemos todo el día.
Sonrío con toda la falsedad que mi rostro me permite y pregunto acerca del terreno y sus prohibiciones. Pregunto por que quiero alejarme de esa casa lo más que pueda.
Sin mirar hacia dentro de la casa, sin buscar la compasión de nadie, emprendo la marcha hacia el sector izquierdo de la isla. Atravieso una débil tabla que hace de puente sobre un canal inundado, camino más y más. Me esfuerzo por no mirar atrás. A que negar, guardo muy internamente la esperanza de un milagro.
Atravieso otro puente, este ha sido mejor construido, se entiende, el canal es mas ancho que el anterior. Esquivo unas ovejas, algunos perros y la mirada de los habitantes de la parte izquierda de la isla.
No tardo en llegar al extremo. Veo a lo lejos una casa abandonada, veo muy cerca un tronco caído. Lo veo casi por completo dentro del agua, apenas 1,50 mts. De sus 5 o 6 mts. están reposados sobre la isla. Me acomodo sobre él, todavía forzándome a no mirar atrás, todavía esperando un milagro, que, como todos los importantes, jamás sucederá. Sufro.
Estoy solo y pienso, reflexiono sobre ella, reflexiono sobre mí. Una sola pregunta tengo. Miro al cielo, miro el agua, acaricio el tronco debajo de mí.

- ¿Por qué todos menos yo disfrutan de la chica que me gusta?. Nada responde, aun no estoy listo para la respuesta.
Ahora si se que ha pasado alguna hora, pero no pienso en volver, no quiero ver su rostro, no quiero odiar su silencio, no quiero sentir la misericordia de los otros. De todas formas… Sufro.
Pasa el tiempo, hace cada vez mas frío, no quiero volver, necesito algo que me obligue a quedarme. Encuentro soga e improviso un arma, no lo hago con ningún fin especifico, solo combino los elementos a mi alcance como mi inteligencia me lo permite. Ato 2 varas gruesas a cada extremo de la soga y arremeto con la misma hacia el pobre follaje, que aun no ha sido arrebatado por el otoño, del solitario árbol más cercano. Estudio mi elemento y lo perfecciono, me adiestro en el arte de sus posibilidades. Ocupo mi tiempo, lo disfrazo de juegos infantiles, nada sucede, nada desaparece. Antes de que un movimiento desafortunado arroje mi invención al agua ya había recordado por que estaba allí. Sufro.

No hay más que hacer en ese paraje. La vuelta empieza a ser irremediable. Miro el agua, veo el cielo, me lleno los pulmones de aire helado y pronuncio nuevamente:

- ¿Por qué todos menos yo disfrutan de la chica que me gusta?.


Entonces algo sucede. Veo el tronco tirado en el piso, lo veo muy adentro en el agua, lo siento pesado. Una idea aparece en mi mente.

- voy a sacarlo.

¿Por que lo hago? Me pregunto. ¿Qué contestaré si alguien llegase de manera milagrosa y preguntara por mis acciones? Esa respuesta si la conozco bien.

- Lo hago para demostrarme que soy capaz de cualquier cosa que me proponga.

Siempre lo supe, siempre me sentí de ese modo. Tomo el tronco con todas mis fuerzas y jalo. Apenas si la flotación hizo que se moviera un poco. Trato de girarlo, pero el punto de apoyo no está lo suficientemente en medio como para rotarlo. Además, mis fuerzas no lo afectan.
Hice entonces lo que hago desde que tengo memoria cuando algo me parece imposible. Observo a mí alrededor, dejo que mi inteligencia se valga de potenciales herramientas. Encuentro metros de alambre muy oxidado, pero la lejanía de cualquier servicio medico, y la dudosa procedencia de ese elemento, me hace descartarlo al instante. Veo una zapatilla, restos plásticos de algo indescifrable y montón de porquería aparentemente incombinable. Giro mi inspección 180º y doy con una pila de leña. Troncos gruesos y fuertes que tal vez hayan formado parte del titán desparramado, al que me propongo recuperar.
Uso entonces mi poca educación acerca del principio de las palancas y voy poniendo estratégicamente cada uno de ellos por debajo del pesado tronco. La dificultad es terrible, mis herramientas, son solo mi destreza. Estoy solo luchando con ese tronco. Sacarlo depende únicamente de mí.
Ideo un sistema bastante eficaz, llego a elevar considerablemente el tronco, de repente, no parece una tarea imposible, estoy contento, por que verdaderamente soy capaz de todo.
Así paso bastante tiempo girando, colocando debajo y volviendo a girar. Así estoy de acalorado cuando algunas de mis bases ceden. Todo mi sistema y el inmenso coloso se van al agua. Me quedo perplejo ante la catástrofe. Sin embargo entiendo.
Ese tronco pertenece al río. Estaba muy sumergido cuando llegué, y la naturaleza no me permitiría sacarlo, por que no es mi deber sacarlo. No esta en mi destino ni en el suyo, que yo sea su salvador. Toda mi capacidad había logrado bastante, pero no es suficiente. Comprendo entonces lo que la isla tenía para decirme, recibo el cachetazo de la realidad. Había huido en busca de una respuesta y la isla me la estaba dando.
Quise llorar, sabia que debía sentirme mal, pero confieso que mientras emprendía la vuelta, no pude más que sonreír.

16 abril 2007

BUENOS DIAS

No me pasó a mí, no lo viví, pero lo sentí. No eran mis manos, no era mi boca, no eran mis piernas, no era mi bronca, sin embargo puedo detallar muy claramente el sudor que no tuve en la espalda, puedo enumerar sin ningún esfuerzo los niveles de ira que no recorrí.

Eran las 6:30 de la mañana y la terraza de ese edificio se encontraba al borde de la total ausencia. El cumpleaños había terminado. Nadie lo había dicho, pero los perceptivos lo entendían sin que nadie apagara la música o realizase ademanes de querer ganar la cama, y, por consiguiente, el sueño.
El decidió irse. Preguntó por la anfitriona y por una llave. Dijeron que había bajado acompañada de alguien que quiso igual, solo que un minuto antes. El tomó el ascensor. Descendió los 10 pisos. Mientras ganaba el paliere, se vio solo, la anfitriona iba por el piso 6 en dirección contraria. Pensó es subir de nuevo y eso lo agotó aun más. Pensó en esperar hasta que alguien con llave se acercase, pero la desconfianza en su suerte lo hizo desistir... ya cuando se encontraba dando un paso hacia la vuelta, lo vio. Sintió ese alivio que gozan los que, al borde de la desesperación, descubren en un bolsillo impensado el documento u el pasaporte cuando se han recorrido muchos kilómetros y de repente, esos insignificantes libritos son esenciales para la existencia. Lo vio y le pareció un héroe, un amigo, un hermano. Era el portero.
Agradecido, El, se acerca hasta la puerta de cristal, y con su sonrisa más simpática, golpea suavemente el vidrio que, es a su vez, la puerta. Lo hace suave, lo hace casi agradeciendo.
El héroe, amigo, hermano gira ¾ su cuerpo y lo ve a El que le hace un amistoso gesto circular con la mano derecha mientras señala la cerradura. Sin soltar la manguera, con la que asea la vereda, utiliza la otra palma para pedir que lo aguarden unos segundos, que le permita un breve tiempo para finalizar el delicado momento de la tarea que efectuaba... sin perder la sonrisa, El accede a respetar su tiempo… pasan unos segundos, y otros, y otros más… nada sucede, nada cambia, el agua sigue corriendo hacia la alcantarilla, la espuma continua en los surcos de la vía pública …
- Pobre hombre, debe haberse olvidado, y bueh, los años no vienen solos, voy a recordarle mi presencia – piensa El –

Nuevamente efectúa los golpecitos, esta vez con un poco más de fuerza, como para fortalecer su imagen de hombre necesitado. La respuesta es casi calcada, el tipo hace con la mano un “aguanta” y sigue como si nada… pasan los minutos (varios) y el sentimiento de odio lo va ganando. Golpea más fuerte, saca un encendedor del bolsillo, lo usa de herramienta. El ruido es casi ensordecedor. Golpea más y más fuerte y el portero de mierda no da bola.
Con todas sus fuerzas hace temblar el vidrio de la puerta y el hijo de puta se hace el pelotudo… grita, golpea, hace un escándalo… tanto que un transeúnte de la vereda opuesta se compadece. Cruza la calle y trata de quebrantar la tozudez del forro de la manguera. Una charla, que El, deduce de la mímica, lo enerva aun más. Después de unos segundos, el transeúnte se da por vencido, lo mira, hace un gesto de impotencia con las manos, y se va.
Otra vez esta solo con el insensible. Retoma los golpes, retoma el escándalo y blasfema con todas sus fuerzas. El tipo se sigue haciendo el pelotudo. El reverendo hijo de puta disfruta de su maldad.
Ya han pasado unos 15 minutos desde que la puerta del ascensor se abrió, y nada cambio, el pestillo continua impidiendo la salida. El forro de la manguera se regocija y El brinca enfurecido.
De repente, algo sucede… el ascensor vuelve a abrirse y aparece la anfitriona. Baja con la llave, al fin terminará el encierro.

- me queres decir por que mierda no me abriste hijo de puta? Que mierda te pasa?

No hay respuesta. Indiferencia, solo indiferencia. Muy muy enojado El se pone a unos poco centímetros de la cara del receptor y prosigue con su mensaje, más lento y pausado, como para hacerse entender bien.

-dale cagón hijo de puta, soltá esa manguera de mierda y decime que carajo te paso !!! eh ¿?.. eh? Forro hijo de puta decí algo !!!. – esa pregunta esconde una intención de provocar la reacción del desalmado y poder terminar de justificar así, la muy merecida trompada en la mandíbula.
Nada sucede, el tipo se queda callado… no se a atreve a levantar la mirada del piso ya desprovisto de espuma que justifique la manguera.

Es aquí donde la desesperación de la anfitriona provocan un giro total.

- basta andate, dejalo. Andate – dice casi entre lagrimas – por favor, anda.

La caballerosidad y el respeto por el genero femenino puede más que su orgullo y accede a no romperle un adoquín en la cabeza.
Se va. Emprende la vuelta con la ira a flor de piel, totalmente atormentado por la injusticia. El tipo se merecía una trompada en el medio de la boca. Por que? La respuesta es obvia…por hijo de puta.

Camina 1 cuadra, otra y otra… hasta que no puede continuar, una fuerza, un odio, una necesidad lo hacen volverse sobre sus pasos. Da media vuelta y emprende el regreso por que el mundo se lo pide, por que el coraje de un caballero se vio ultrajado por un papanatas. Vuelve y esta bien que vuelva…

- Ey… decime por que mierda no me abriste la puerta, dame un motivo y me voy – No contesta. Sigue encharcando la vereda—contesta cagón hijo de puta, ¿por que carajo no me abriste la puerta?

El imperturbable humanoide levanta la mirada hasta el edificio de al lado y se socorre en su compadre laboral.
- Alberto, llama a la policía.
- Llama a quien quieras hijo de puta, pero decime por que mierda no me abriste – grita ya preso de la furia.
El ex héroe, amigo, hermano, ahora devenido en “paraguayo hijo de puta”, da unos pasos hacia la puerta del garaje cerrándola a su paso. De manera muy cobarde se enjaula para seguir con su maldad. Saca un celular de entre sus ropas de paraguayo hijo de puta y marca el hiperconocido 101.

- ¿hola policía? Acá hay un borracho qu….
- ¿Que?... ¿Un borracho? La concha de tu puta madre, deshiles que sos un cobarde mal parido, cantales que me tuviste como pelotudo 15 min. – justo cuando se disponía a reventar la puerta a patadas, nuevamente se abre el ascensor, desciende la anfitriona y siente una especie de deja vu al ver el cuadro del paliere. Se refriega los ojos y repite más o menos la misma acción de la vez anterior. Lo ultimo que El recuerda, antes de irse insultando a más no poder, es la voz de quien bajo con ella.
- Dejalo es un portero…

La violencia contenida en nuestro hombre alcanza el grado máximo soportado por el cuerpo humano, camina de nuevo las 3 cuadras antedichas mientras sigue escupiendo ira entre dientes. Se ubica en la esquina donde para el colectivo, pero sobre el asfalto.

Los años y el deporte le han brindado una capacidad de reacción que le permiten esquivar la moto, que deja en su camino un claro y audible “PELOTUDO”.
Levanta la vista, siente injusticia nuevamente y la sangre vuelve a hervir.
- ¿que te pasa forro? Mira antes de doblar.

La moto se detiene unos 50 mts. más adelante, bajan los 2 pasajeros. Se da por entendido que aceptan el intercambio de agresiones.
- ¿sos pelotudo? ¿Que carajo haces ahí parado en el medio de la calle? ¿Nos vamos a pelear?.. eh… ¿nos vamos a pelar? – el mas corpulento de los 2 dice esto mientras realiza algún especie de ritual que imita los movimientos de un gorila.

- ¿como que hago? Espero el colectivo pelotudo, espero el puto colectivo – acorta las distancias con un trotecito ligero hacia donde la maza de carne continua dando saltos y golpeándose el pecho.

- No para mas ahí el 34 - grita el hombre/gorila.

Detiene el trote, pero no aminora los decibeles en sus palabras.

- ¿Ah y donde para ahora?

- En la otra cuadra, tenes que volver para atrás – ya saltando menos, continúa gritando para demostrar su hombría.

- Gracias – dice El con otro alarido, y se vuelve 1 cuadra más atrás.

El viaje y los minutos que pasan sirven para aplacar un poco la ira la bronca contenida, para reflexionar acerca de lo sucedido. Lo tiene decidido algún día volverá por ese portero con una bomba molotov.

Lo difícil de volver a paternal desde Palermo, es que los colectivos te dejan lejos. La línea 34 no es la excepción. 6 cuadras lo separan de su casa, 6 cuadras que intenta caminarlas lo más rápido posible para poder poner fin a la mañana. Diría que todo termino en paz, diría que un café una aspirina y una almohada fueron suficientes. Sin embargo, lo que viven en paternal conocen al ciego del barrio… un hombre del que nadie sabe demasiado. Un hombre preso de su incapacidad, enojado con el mundo… este ser, habita en las calles y en los colectivos, grita imprudencias, provoca patotas y persigue a los pacíficos.
El destino y la avenida Donato Álvarez los pone frente a frente. El ciego escucha los pasos, escucha un alma, un cuerpo, siente calor, alguien que le oiga lo que se le ocurra decir en el momento.

- Buenos días – dice, sin conocer el rostro de su improvisado interlocutor.
- Buenos días las pelotas, es un día de mierda. – se queja El todavía reo de las últimas horas.
- ¿De que te quejas…eh? Vos por que tenes plata.

La situación financiera de nuestro caballero no podría estar peor. Una seguidilla de malas decisiones, que no vienen al caso referir, lo han dejado casi en banca rota. La incoherencia de la oración vuelve a enervarlo.

- ¿que? ¿Qué plata? No tengo un mango, estoy volviendo en colectivo por que no tengo un peso para un taxi, ¿de que carajo hablás?

- pendejo de mierda la puta que te parió…

- callate callate, ciego hijo de mil putas morite…

A partir de aquí el dialogo se vuelve irreproducible, una mezcla de insultos que se desesperan por salir de la boca del ciego, se encuentran ridiculizados por la burla.
Las manos al costado de la cara con las palmas abiertas haciendo un movimiento rotatorio de muñeca (gesto totalmente superfluo ante alguien que no puede apreciarlo) se suma a un constante dadabababadadabadabadabadabadabaaadaabadabbaa…


Camina el último tramo de cuadra hacia atrás, sin dejar la acción, ni la pelea, que le ha dado al no vidente un nuevo motivo para seguir viviendo. Recordar que quedan más personas a las que se las puede molestar.

26 febrero 2007

TUS OJOS BRILLAN

Un trago más de los 700 en mi vida… un trago más prometía esa velada... no hay esperanza en las calurosas noches de aquella isla de cemento, muy concurrida por estos tiempos…
Dos viejos amigos, uno nuevo y alguien más… una novia. La sensación de un profundo vínculo con esta última… la noche convida sus cálidos frutos de indiferencia, por tan inhóspitos pagos… un bar de mala muerte, ajeno al podio de mis preferencias…

- yo tengo una amiga que trabaja acá... - dijo la novia –

el gesto animoso que surgió de mi interior, se debió, menos a la posibilidad de un bello rostro, que a la certeza de algún descuento… esquivando obstáculos ebrios de responsabilidades, aparentemente ajenos al mundo real, me acerco a una mesa.. No hay azar en la elección de la misma, no hay casualidad, ni siquiera un atisbo de premeditación cosmogónica.. No descubriré en estas páginas, algún misterioso plan universal… solo pensaba en la conveniencia de unos pesos menos, en una sobre valuada bebida.
Cual susurro de ángel en la neblina, tus delicados pasos llegaron a mis oídos por detrás de mi espalada. Giré para pedir y no pude mas que suplicar… se que no fue la belleza de tus ojos, se que no fue la gracia de tu rostro, se que no fue la forma de tu cuerpo, se que no fue la dulzura de tu vos… no se quien sos, no conozco tu nombre, no conozco tus gustos, no conoces los míos. No se lo que te produce la lluvia de verano, no he sentido la calidez de tus labios ni el latir de tu pecho… sin embargo, el tiempo detiene su incondicional andar y mi alma pide que te abrace, que te sienta cerca, que acaricie tu delicado ser. Vislumbro en esa imposible acción, una enorme paz, la pura sensación que anida en el pecho de los caballeros, cuando surge de entre la selva, un ser por el que merezca la pena enfrentarse a cualquier cosa.

Te veo y siento esos nervios propios de un adolescente, te veo y siento como el pecho me palpita cual redoblante… te veo y entiendo que no podré dejar de hacerlo…

Rápidamente la noche se escabulle de mi control y huye, llevándose consigo toda la grandeza de tu ser… dejándome un vacío en medio del pecho….
Tus ojos brillan.

Un día, otro y otro... una semana, tal vez dos… y tu imagen… siempre tu imagen… tu recuerdo... siempre tu recuerdo.. Te veo nuevamente, y otra vez el sentirme adolescente, te veo nuevamente y la dulzura de tu ser arremete sin piedad, en el centro del mío.
Esa noche bebo hasta el ultimo sorbo que me es permitido… esa noche acaricio la suavidad de tu aura y modelo, con ella, una tumba para mi incredulidad en divinidades…
La noche se termina, me voy, te quedas lejos… me voy con un viejo amigo, y una novia ajena, te dejo… y me dejo… me voy pero sigues en mi mente, firme… muy firme… demasiado.
Tus ojos brillan.

¿Y si todo es mentira? ¿Y si el hombre esta programado para no ir más allá de provocar su descendencia? El abrir la puerta de mi casa y verte, parada allí y sentir como no hay otro lugar en el mundo, donde quisiera estar que el proporcionado por el calor de tus brazos, me dibujan la respuesta… te veo, y no siento la incontrolable necesidad de satisfacer los deseos de la carne… te veo y solo puedo pensar en abrazarte, en sentir tu rostro en mi pecho, en protegerte con todo el poder de mi ser… solo puedo pensar en ti, y en mi.. Pero el nosotros se encuentra afectado por alguien que lleva la cara pintada y tira sogas de aire, mientras intenta escapar de paredes invisibles…
Tus ojos brillan… y yo solo quiero abrazarte, solo eso… abrazarte… lo demás vendrá. Sucederá o tal vez no, eso no importa…